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Una casa familiar integrada en el paisaje

Publicado en Casas - Casas de campo y cabañas por Marta Sanz

En la isla británica de Guernsey, al norte de las costas de Normandía, en Francia, hemos encontrado una casita familiar perfectamente integrada en el paisaje, en medio de los bosques escarpados que rodean el puerto de Portelet.

El equipo de Mooarc se encargó del proyecto y construcción de la vivienda, que fue concebida sobre tres bloques de madera sobre la ladera. Éstos se orientaron de tal manera que todas las habitaciones disfrutaran de las vistas del paisaje.

En el interior, las paredes se pintaron de blanco y en el suelo se jugó con distintos materiales que marcan el paso de una zona a otra: tarima de madera clara en el salón y porcelánico gris, en la cocina. Una chimenea contemporánea, con una caja de combustión rectangular que va fijada al techo y al suelo, no sólo calienta el ambiente de una manera moderna y minimalista, sino que además cierra la zona de estar del salón.

Salón y cocina comparten el mismo espacio. Para la zona de estar, se optó por mobiliario en tono negro, tanto en las tapicerías de piel como en los complementos, que resaltan sobre el fondo blanco de las paredes. El conjunto se aligeró con pinceledas en azul grisáceo, el mismo tono que se eligió para los muebles de la cocina. Ésta se organizó en dos frentes: la mayoría de los armarios y electrodomésticos se agruparon en una pared, y en paralelo, se instaló una isla, que acoge el fregadero y deja libre ese maravilloso campo de visión. Además, como no podía ser de otra manera, la fachada de la casa está formada por grandes frentes acristalados.

En la primera planta se ubicó el dormitorio con su correspondiente cuarto de baño. La pared donde se apoya la cama, con un acceso a cada lado, independiza estos dos ambientes. Para recrear una atmósfera serena y relajante, en un ambiente costero, se recurrió a listones de madera natural sin tratar no sólo para realizar el mueble del baño sino también para revestir la bañera o la pared del cabecero. El resto de las paredes se pintaron en un tono arena muy suave. Las pinceladas azules y los detalles en fibra vegetal refuerzan esa decoración propia de una casa de playa. Fotografías: Mooarc.