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Restaurante Fismuler: un local de aires nórdicos

Publicado en Casas - Restaurantes por Marta Sanz

Restaurante Fismuler de Madrid, por Arquitectura Invisible

Situado en plena calle Sagasta de Madrid, y con el antecedente de haber acogido un reconocido y muy compartimentado restaurante, la transformación del espacio realizado por el estudio Arquitectura Invisible para dar vida a Fismuler supuso una importante intervención a efectos de muchos valores, principalmente en lo que a sencillez y austeridad se refiere.

Restaurante Fismuler de Madrid, por Arquitectura Invisible

El local, un semisótano de 420 m2, está ubicado en un edificio de más de cien años de antigüedad que Arquitectura Invisible quiso tratar con sumo respeto desde el minuto uno. Por ello, el primer paso fue realizar una Arqueología Edificatoria con el fin de identificar la innumerable cantidad de elementos originales existentes, entre espacios, patios, tabiques, nichos, techos, molduras, ventanas, revestimientos, mobiliario, etc. El segundo fue conseguir la mayor cantidad de iluminación natural –casi inexistente hasta el momento–, y se logró cambiando las antiguas ventanas traslúcidas y con cuarterones por vidrios aislantes fijos casi sin marco.

Restaurante Fismuler de Madrid, por Arquitectura Invisible

Con la premisa, pues, de prescindir de lo absolutamente innecesario, el “alma del lugar” empezó a emerger como parte del proyecto de diseño. Y el valor de la naturalidad también se sumó al reto cuando se decidió establecer el recorrido de los clientes, delimitado por los muros de carga y accesible mediante rampas con diferentes niveles desde la calle, creando una sensación de fluidez en el espacio muy sutil y agradable.

Restaurante Fismuler de Madrid, por Arquitectura Invisible

Así, la secuencia visual de los diferentes espacios interconectados -bodega, cocina, salas y patios- se presenta como una auténtica experiencia para los sentidos.

Restaurante Fismuler de Madrid, por Arquitectura Invisible

El uso de materiales naturales con cualidades muy particulares fomenta, más si cabe, esa búsqueda de austeridad y sencillez. Es el caso del muro de adobe de la entrada, la textura de los revestimientos de yeso o el pavimento de baldosa de hormigón recuperada en el pasillo de los aseos, además de las paredes de ladrillo visto o las tuberías de acero.

Restaurante Fismuler de Madrid, por Arquitectura Invisible

Pero la intervención de Arquitectura Invisible en la búsqueda de materializar los conceptos principales del proyecto no se queda ahí, ya que se aplican acciones de reutilización de materiales existentes, con la recuperación de sillas y mesas, y la adaptación de las ventanas originales para ser utilizadas como interior de marcos metálicos en puertas, ventanas de patio y tabiquería de aseos. También es importante destacar el traslado de todo lo inservible a una planta de reciclaje, disminuyendo la huella energética de la actuación. Asimismo, se proyecta un importante plan de eficiencia energética como estrategia responsable con el uso de iluminación led regulable, la instalación de equipos inverter de climatización y con recuperador de calor hasta de 90% de eficiencia de ventilación.

Restaurante Fismuler de Madrid, por Arquitectura Invisible

El local en su origen, casi claustrofóbico y de distribución laberíntica, se presenta ahora como un lugar abierto y democrático, aspectos que se reflejan en el deseo de que los trabajos de los cocineros y camareros se fundan con los espacios de los clientes, de forma que la cocina sale al comedor y las mesas se meten hasta la cocina.

Restaurante Fismuler de Madrid, por Arquitectura Invisible

El ejemplo más claro se refleja en la llamada NObarra, una especie de trasbarra sin barra y de mueble de apoyo abierto al público donde se preparan los aperitivos, entrantes, bebidas y hasta los postres.

Restaurante Fismuler de Madrid, por Arquitectura Invisible

El proceso creativo del proyecto de interiorismo va ligado al de la cocina, con platos nórdicos sencillos y naturales donde destaca el producto como esencia, y la sostenibilidad se refleja en las recetas saludables de temporada con platos para compartir. Es más, otra muestra de esta unión espacio-gastronómica es que debido a la fórmula culinaria del Fismuler -que tiene en cuenta hasta el factor del Ph en los alimentos-, en el proyecto del restaurante se contempló el desarrollo de un estudio geobiológico y de fengshui.

Restaurante Fismuler de Madrid, por Arquitectura Invisible

El proyecto del Restaurante Fismuler resultó ser todo un descubrimiento para el equipo del estudio Arquitectura Invisible. Tras despojar el local de todo lo innecesario, surgió el alma de un espacio con historia diseñado en paralelo a su cocina: sencillo, austero y natural que le ha otorgado los premios Metrópoli 2016 a la Mejor Decoración y Premio Plateselector Award 2016 al Mejor Diseño de restaurante de Madrid. Fotografías: Luz Estudio.