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Cuatro trabajos de bricolaje fáciles de hacer

Publicado en Manualidades - Bricolaje por Cova Pendones

Seas o no manitas, hay algunos trabajos de bricolaje que no requieren que seas profesional en la materia. Aquí te enseñamos cómo hacer cuatro tareas muy frecuentes en casa, para que seas autosuficiente y puedas realizar labores no muy complicadas y para las que solo necesitas buenas herramientas adecuadas.

Colgar cuadros

Qué necesitas: martillo, nivelador y metro o medidor láser, ganchos para colgar cuadros.

Una vez hayas decidido dónde y a qué altura vas a colgar el cuadro, es importante que te fijes qué tipo de enganche lleva el cuadro. El más frecuente es con hembrillas. Es preferible que lleven siempre dos (una a cada lado), aunque el cuadro no sea grande, ya que si solo lleva una en el centro, el cuadro se puede torcer. 

Para calcular la altura, tienes que tomar como referencia la hembrilla, y no el marco, ya que hay 1 o 2 cm de diferencia con la parte superior. Un truco de carpintero es raspar la parte más saliente de las hembrillas con un la punta de un lápiz; colocas el cuadro donde quieres que vaya, utilizando el nivelador para que te quede recto, y das dos golpecitos a cada lado para que las hembrillas hagan una pequeña muesca en la pared. Aún así, siempre es conveniente medir la altura desde el suelo hasta la muesca, para que sean las dos iguales.

Los marcos metálicos no llevan hembrillas, sino unos enganches planos sujetos al riel del marco. En estos casos, tienes que medir la distancia del suelo al gancho para poder señalar con un lápiz dónde van los cuelgafácil. Si eres apañado o apañada, no necesitarás ayuda para esta operación, aunque siempre las tareas de bricolaje entre dos son más llevaderas.

Fijar muebles a la pared

Qué necesitas: taladro, martillo, tornillos o alcayatas, broca, nivelador y metro.

En caso de cuadros muy voluminosos o paredes duras, el sistema es el mismo que si se trata de una estantería o un mueble de pared. Vas a tener que utilizar un taladro. Antes de empezar, cerciórate del sistema de enganche que lleva el cuadro o el mueble para saber si va colgado o atornillado. Si es colgado, será más fácil, porque te permite más margen de maniobra. Pero si es atornillado, tienes que comprar el tornillo exacto con su taco. Una vez que lo tengas, escoge la broca que encaja con el tamaño del taco (generalmente, en una parte del taco te indica qué número de broca necesitas). 

Ahora viene la parte más delicada: tienes que medir con absoluta precisión el sitio donde vas a taladrar, midiendo no solo desde el suelo hasta el gancho del mueble en su posición, sino el espacio entre las dos sujeciones (en muebles, suele haber dos o cuatro sujeciones, una en cada esquina para que quede bien fijado). Aquí, sin duda, necesitarás ayuda de otra persona, para que sostenga el mueble mientras haces las mediciones, colocas el nivelador y marcas los puntos donde hacer el agujero.

Cuando tengas todo marcado y revisado (recuerda que aquí no hay vuelta atrás), puedes empezar haciendo un agujero con una broca fina, para que te resulte más fácil después hacer el orificio con la broca que corresponde. Siempre tienes que mantener el taladro en ángulo recto de 90 grados y sujetar con mucha firmeza. ¡No tengas miedo! Es solo una pared. Te será muy útil si el taladro tiene tope de profundidad y mango de fuerza. Una vez hechos los agujeros, introduce el taco con suaves golpes de martillo. Debe quedar rasante con la pared y bien sujeto (si queda suelto, es que te has pasado de tamaño de broca).

Ahora, con la ayuda de tu asistente, deberás colocar el mueble, primero atornillando de forma provisional, sin apretar, para ver si todo encaja. Cuando estén los dos o cuatro puntos colocados, ya puedes atornillar y apretar con fuerza. 

Lijar muebles de madera

Qué necesitas: Lija de diferentes grosores o lijadora eléctrica.

Lijar muebles es una de las tareas más sencillas, pero a su vez, laboriosas del bricolaje casero. Si tienes un mueble pintado y quieres remover la pintura, puedes usar primero productos decapantes en gel, que levantan la pintura. Tras retirar el decapante y la pintura, aún quedarán restos. Es ahí cuando tienes que echar mano de la lija. Puedes utilizar una lijadora eléctrica, que te facilitará mucho el trabajo, aunque siempre tendrás que recurrir a la lija para las zonas más difíciles, como molduras, curvas y recovecos.  

La superficie tiene que estar limpia y seca siempre antes de cualquier lijado. Utiliza lija gruesa (de 100 a 120 gr) para zonas que requieran más abrasión y necesites levantar capas gruesas de barniz o pintura; lija media (de 150 a 180 gr) para alisar la superficie y lija fina para pulir y llegar a las partes más difíciles. El lijado no requiere más que fuerza y constancia, y puede ser cansado, pero los resultados son inmejorables. Tendrás un mueble nuevo. Una vez lijado a conciencia, tienes que pasar un trapo húmedo y eliminar todo el polvo que haya generado el lijado. No apliques barniz ni cera hasta que la superficie no esté completamente seca.

Colocar papel pintado

Qué necesitas: brocha, cola, cúter, metro, un cepillo y una espátula alisadora.

Esta tarea bricolajera requiere un poco más de maña y quizás un buen asistente, pero no es misión imposible. Antes de comprar el papel, tienes que medir bien la pared, ancho y alto. Con estas medidas, en la tienda te ayudarán a calcular cuántos rollos necesitas (generalmente vienen en rollos de 10 m x 0,53 m de ancho). Si es un papel con estampado, tendrás que casar los dibujos, con lo cual igual necesitas más rollos.

 Una vez calculados los metros de papel que necesitas, tienes que extender el primer rollo sobre una superficie lisa. Existen mesas de empapeladores plegables, que incorporan una cinta métrica para que cortes a medida, pero una mesa común  te servirá igualmente. Dependiendo de si el papel es vinílico o de celulosa, deberás comprar una cola determinada en la ferretería, aunque también hay colas universales. Fíjate bien en las indicaciones que vienen en los rollos, que te darán información sobre si se encola directamente en la pared y cómo casar los rollos.

Manos a la obra

1º paso: Medir la altura de la pared y añadir 5 cm por arriba y 5 por abajo para hacer el corte.

2º paso: Con esta medida, marcar y cortar el papel con un cúter o tijera. La primera tira te servirá como referencia para casar el dibujo en el resto. Al casar las tiras, es probable que tengas que desperdiciar trozos de papel. Continúa cortando las tiras, casándolas y numerándolas hasta completar el ancho de la pared.

3º paso: Coloca la primera tira en un extremo de la pared, perfectamente vertical y alineada, porque esto influye en la colocación del resto. Ayúdate de un nivelador para marcar con lápiz la raya.

4º paso: Prepara la cola como indica el fabricante. Aplícala con una brocha gruesa a la pared de forma homogénea evitando los excesos y las faltas. Esta tarea requiere rapidez porque hay colas que se secan muy rápido.

5º paso: Pon la tira en la parte superior de la pared, dejando el sobrante por arriba y ajustando bien a la línea lateral marcada con lápiz. Con un cepillo, vas pegando el papel a la pared, de arriba abajo.

6º paso: Coloca el resto de las tiras, empezando siempre por la parte que debe casar. Las tiras deben quedar perfectamente juntas, sin montarse ni separarse.

7º paso: Es probable que la última tira tengas que cortarla para ajustar la medida al hueco que queda. Toma la medida del ancho y corta la tira longitudinalmente con una regla y un cúter.  

8º paso: Remata el trabajo:
• Retira la cola sobrante con un paño húmedo.
• Con el cúter recorta el papel sobrante por arriba y por abajo cuando la cola ya esté seca.
• Con la espátula de empapelador, alisa y doma el papel, sobre todo en las esquinas y encuentros.
• Los encuentros entre tiras se repasan con unos rodillos para pegar bien el papel.
• Las burbujas de cola o de aire  se eliminan con jeringuillas. ¡Animo, bricolajeros! 

Fotos: Unsplash