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Buñuelos de viento para merendar

Publicado en Y mucho más... - Recetas y gourmet por Carmen Menesteo

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El día de Todos los Santos (1 de Noviembre), como manda la tradición, en la inmensa mayoría de pastelerías españolas se llenan de buñuelos de viento –también de huesos de santo– Solo en Madrid, por ejemplo, se producen durante la última semana de octubre y la primera de noviembre más de 30.000 unidades de estos dos deliciosos pastelillos. Incluso los turistas extranjeros los demandan al venir anunciados en las guías turísticas.

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Aunque hay varias teorías sobre su origen, la más aceptada es la que apunta a que los buñuelos de viento eran uno de los postres favoritos de los árabes que residían en Andalucía. Se trata de un dulce en forma de bola elaborado con harina de trigo, aceite y huevos que se freía en aceite caliente y después se bañaba en miel hirviendo. Hoy día, estos pastelillos se rebozan en una mezcla de azúcar y canela y están riquísimos rellenos de crema pastelera, nata, chocolate fundido o trufa. Es una receta sencilla aunque requiere tiempo.

Buñuelos de viento

Ingredientes: 125 g de harina de trigo, 250 g de agua, 30 g de mantequilla, 40 g de azúcar, 1 cucharadita de azúcar de vainilla, 4 huevos, la piel rallada de medio limón, una pizca de sal, aceite de oliva (o girasol si se prefiere), azúcar y canela para espolvorear.

Elaboración: 1. Poner en un cazo el agua, la mantequilla, el azúcar (también el azúcar avainillado), la ralladura de limón y la sal. 2. Llevar a ebullición y cuando empiece a hervir, verter la harina de una vez, sin retirar del fuego y mover con una cuchara de madera hasta que la masa se desprenda de las paredes del cazo. 3. Retirar del fuego y dejar que la masa se entibie, entonces empezar a incorporar los huevos de uno en uno, hasta que el primero no se haya integrado en la masa, no incorporar el siguiente. 4. Una vez finalizada la elaboración de la masa, dejar reposar una o dos horas, para que adquiera más consistencia. 5. Pasado este tiempo, poner una sartén honda con abundante aceite a fuego suave, ir depositando cucharaditas de masa poco a poco (la masa se inflará y necesitan espacio); dar la vuelta para que se doren y se inflen por todos lados. 6. Retirar los buñuelos e ir colocándolos sobre una bandeja con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite; dejar entibiar. 7. Hacer una mezcla con azúcar (puede ser azúcar glass) y canela y espolvorearla sobre los buñuelos. Sugerencia: Si has pensado rellenarlos con crema, nata o chocolate, lo mejor es hacerlo con una jeringa de cocina (antes de espolvorear con la mezcla de azúcar y canela) con cuidado hasta que por el agujero aparezca una pizca del relleno. Fotos: El Aderezo y Guía infantil.